La música se inventó para confirmar la soledad humana.
La naturaleza ha preparado mejor a las mujeres para ser madres y esposas, que a los hombres para ser padres y maridos. Los hombres tienen que improvisar.
La naturaleza tiene perfecciones para demostrar que es imagen de Dios e imperfecciones para probar que sólo es una imagen.
La opinión de toda una multitud es siempre más creíble que la de una minoría.
La oscuridad es efectivamente penosa para la mente, como lo es para el ojo, pero sacar la luz de la oscuridad, por el esfuerzo que sea, ha de ser deleitable y producir regocijo.
La palabra "creencia" es algo difícil para mí. No creo. Tengo que tener una razón para una cierta hipótesis. O bien sé una cosa, y luego, sé que no necesito para creer.
La palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros.
La palabra impresa embalsama la verdad para la posteridad.
La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla.
La palabra se ha dado al hombre para que pueda encubrir su pensamiento.
La pasión para el hombre es un torrente; para la mujer, un abismo.
La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie.
La patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se la sirve, pero no se la toma para servirse de ella.
La paz es más difícil que la guerra. Se necesitan dos para hacer una paz, y solamente uno para hacer una guerra.
La paz es para el mundo lo que la levadura para la masa.
La pena uno puede soportarla solo, mas para estar alegre se necesitan dos.
La perseverancia refleja siempre el estado de nuestra vida interior, de nuestra filosofía y de nuestra perspectiva.
La pintura es el arte de proteger la superficie plana de los daños del clima para exponerla a los daños de la crítica.
La pintura es más fuerte que yo, siempre consigue que haga lo que ella quiere.
La plegaria es la primera y la última lección para aprender el noble y bravío arte de sacrificar el ser en los variados senderos de la vida.
La plegaria no es un entretenimiento ocioso para alguna anciana. Entendida y aplicada adecuadamente, es el instrumento más potente para la acción.
La pobreza ajena me basta para sentirme pobre; la mía no me basta.
La poesía debe ser un poco seca para que arda bien, y de este modo iluminarnos y calentarnos.
La poesía es comunicación. Algo que sirve para hablar con los demás hombres.
La poesía huye, a veces, de los libros para anidar extramuros, en la calle, en el silencio, en los sueños, en la piel, en los escombros, incluso en la basura. Donde no suele cobijarse nunca es en el verbo de los subsecretarios, de los comerciantes o de los lechuginos de televisión.