Cuando encontramos el amor encontramos también la razón y el sentido de la vida toda.
El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única en realidad.
La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida.
La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada.
Los mayores momentos de la vida vienen por sí solos. No tiene sentido esperarlos.
Nadie ha aprendido el sentido de la vida hasta que ha sometido a su ego para servir a sus hermanos.