Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz.
Ten el valor de la astucia que frená la cólera y espera el momento propio para desencadenarla.
Tenemos la suficiente religión para odiarnos unos a otros, pero no la bastante para amarnos.
Tengo dos problemas para jugar al fútbol. Uno es la pierna izquierda. El otro es la pierna derecha.