Al hombre perverso se le conoce en un sólo día; para conocer al hombre justo hace falta más tiempo.
Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma.
Algún día, criatura encantadora, para ti seré sólo un recuerdo.
Algunas veces, la razón me parece ser la facultad de nuestra alma para no comprender nada de nuestro cuerpo.
Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.
Algunos llaman razonamiento a encontrar argumentos para seguir creyendo lo que creen.
Allí esta el fastuoso escenario de la vida para los que saben mirar un poco.
Alma, mujer, inspiradora: rige mi vida entera para siempre.
Ama la vida que tienes para poder vivir la vida que amas.
Amantes viejos, sobran las palabras para entendernos. Todo lo hemos dicho y hasta nuestro silencio es un dulce silencio repetido.
Amar es el más poderoso hechizo para ser amado.
Amo al que no retiene para si una gota de espíritu.
Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte.
Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?
Amo demasiado a mi país para ser nacionalista.
Amo el desvarío de tus manos y las montañas de sueño que me tocan: alas para borrar mi aquelarre de mundos que no entiendo.
Antes de casarme tenía seis teorías sobre el modo de educar a los niños. Ahora tengo seis hijos y ningún teoría.
Antes había países pacíficos y países agresivos. Ahora todos quieren la paz. Y para asegurarla, fabrican más armas que nunca.
Antes que toda otra cosa la preparación es la clave para el éxito.
Antídoto para el aburrimiento es la acción entusiasmante del servicio. Un aburrido no es quien puede, sino quien quiere.
Apenas son suficientes mil años para formar un Estado; pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo.
Aprender de ayer, vivir para hoy, soñar para mañana.
Aquel que para amigos y adversarios guarda igual corazón; aquel que permanece igual ante la gloria como ante la vergüenza, a ése bien lo amo.
Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos".
Aquellos que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad.