Leída cuidadosamente, la biblia es la fuerza más potente para el ateísmo jamás concebida.
Lo bueno necesita aportar pruebas; lo bello no. El mejor cosmético para la belleza es la felicidad.
Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado.
Lo único que necesitamos para convertirnos en buenos filósofos es la capacidad de asombro.