Las enzimas con unas cosas inventadas por los biólogos para explicar unos procesos que de otra forma requieren que pienses mucho más.
Las espinas de la vida se trocarán en flores para toda la eternidad.
Las estadísticas son al mundo lo que el poste al borracho. Sirven para sostenerlo, no para mejorarlo.
Las flores son para los muertos.
Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican.
Las guerras se hacen para producir deudas.
Las ideas solo son exóticas, para el que no tiene ideas.
Las lágrimas son inútiles, a menos que esté el marido presente para verlas derramar.
Las lecturas que se hacen para saber no son, en realidad, lecturas. Las buenas, las fecundas, las placenteras son las que se hacen sin pensar que vamos a instruirnos.
Las leyes se han hecho para el bien de los ciudadanos.
Las luces están dispuestas para iluminarnos desde el pasado.
Las matemáticas se escriben para los matemáticos.
Las matemáticas son una gimnasia del espíritu y una preparación para la filósofia.
Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.
Las mujeres necesitamos la belleza para que los hombres nos amen, y la estupidez para que nosotras amemos a los hombres.
Las palabras están ahí para explicar el significado de las cosas, de manera que el que las escucha, entienda dicho significado.
Las palabras no sirven para explicar un sentido secreto.
Las palabras son una medicina para el alma que sufre.
Las pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes.
Las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas.
Las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.
Las sociedades deben juzgarse por su capacidad para hacer que la gente sea feliz.
Le escribo a la gente de cualquier parte suficientemente joven para tener curiosidad acerca del mundo.
Le has dado a mi semblante sin saberlo una luz interior que me hace fuerte, para vencer mayores soledades.
Le he amado demasiado para no odiarle.