Cualquiera vale para enemigo, no así para amigo; pocos pueden hacer bien, y casi todos mal.
Cuando alguien me ha ofendido trato de elevar mi alma muy alto para que la ofensa no la alcance.
Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse.
Cuando la tiranía se derrumba procuremos no darle tiempo para que se levante.
Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír.
Cuando lo superficial me cansa, me cansa tanto, que para descansar necesito un abismo.