Como en cuna de nacar que empuja el mar y que acaricia el cefiro, dormir parecia al blando arrullo de sus labios entreabiertos.
Gustavo Adolfo Becquer
Como en cuna de nacar que empuja el mar y que acaricia el cefiro, dormir parecia al blando arrullo de sus labios entreabiertos.
Gustavo Adolfo Becquer