Cuando uno reposa contento, encantado
Ana Cecilia Blu
en las tintas de un buen libro,
o en los andamios de una gran pelÃcula,
y entonces no hay apuro para encontrarse con Dios.
Cuando uno reposa contento, encantado
Ana Cecilia Blu
en las tintas de un buen libro,
o en los andamios de una gran pelÃcula,
y entonces no hay apuro para encontrarse con Dios.