Nada más evidente que el hecho de que cada nación da a su dios las caracterÃsticas propias, y que cada individuo da a su dios sus peculiaridades personales.
Robert Ingersoll
Nada más evidente que el hecho de que cada nación da a su dios las caracterÃsticas propias, y que cada individuo da a su dios sus peculiaridades personales.
Robert Ingersoll