Los sueños pueden ser realidades. Son lo que nos guía por la vida hacia una gran felicidad.
Madre, te bendigo porque supiste hacer de tu hijo un hombre real y enteramente humano.
Más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de hacer traición.
Me atreveré a todo lo que pueda hacer un hombre. Quien se atreva a más es insensato.
Mi felicidad consiste en que se apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.
Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías de la vida mientras esperan la gran felicidad.
Mucho tienen que hacer los padres para compensar el hecho de tener hijos.