No podemos arrancar una página del libro de nuestra vida, pero podemos tirar todo el libro al fuego.
No puedo cambiar la dirección del viento, pero puedo ajustar mis velas para llegar a mi destino.
No sé cual es la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar agradar a todo el mundo.
No se desprecia a todos los que tienen vicios, pero sí a los que no tienen ninguna virtud.
No sé qué es la conciencia de un tonto; pero la de un hombre intelectual está llena de tonterías.
No te apartes de mí, ven cada día a hacerme triste, a hacerme hombre, hijo tuyo... Visítame.
No te hagas demasiado amigo de nadie: tendrás menos alegrías pero también menos penalidades.
No te nombro; pero estás en mí como la música en la garganta del ruiseñor aunque no esté cantando.