Los grandes perseguidores se reclutan entre los mártires a quienes no les han cortado la cabeza.
Los hombres sabios nos han enseñado que no sólo hay que elegir entre los males el menor, sino también sacar de ellos todo el bien que puedan contener.
Los hombres sólo pueden tratar entre sí de dos formas: Armas o Lógica. Fuerza o Persuasión. Aquellos que saben que no pueden ganar utilizando la lógica, siempre han acabado por recurrir a las armas.
Los jóvenes sólo pueden entenderse entre ellos. Es muy difícil que una persona mayor escuche y comprenda a un joven.
Los libros son, entre mis consejeros, los que más me agradan, porque ni el temor ni la ambición les impiden decirme lo que debo hacer.
Los más ilustrados de entre los griegos sostenían que la esclavitud era justificable siempre que los amos fueran griegos y los esclavos bárbaros, pero el caso opuesto era contrario a la naturaleza.
Los niños son siempre el símbolo del eterno matrimonio entre el amor y el deseo.
Los ojos lo curiosean, y el corazón lo desea.
Los ojos son para mirar, las manos para coger, la cabeza para pensar y el corazón para amar.
Los pájaros son clarines entre los cañaverales que le dan los buenos días al sol de Dios cuando sale.
Los próximos cien años serán un período de transición entre la actual tecnología del metal y el silicio y la tecnología del mañana de enzimas y neuronas.
Los que de corazón se quieren sólo con el corazón se hablan.
Los que poseen el espíritu de discernimiento saben cuanta diferencia puede mediar entre dos palabras parecidas, según los lugares y las circunstancias que las acompañen.
Los que ven alguna diferencia entre el cuerpo y el alma es que carecen de ambos.
Los recuerdos son los cabellos blancos del corazón.
Los sentimientos de nuestro corazón, la agitación de nuestras pasiones, la intensidad de nuestros sentimientos debilitan sus conclusiones y reducen al filósofo profundo a un mero plebeyo.
Los vestidos de las mujeres no son mas que variaciones de la eterna lucha entre el deseo confesado de vestirse y el inconfesado de desnudarse.
Mama la libertad, siempre la llevaras, dentro del corazón. Te pueden corromper, te puedes olvidar, pero ella siempre está.
Mares, alas, intensas luces libres, sonarán en mi alma cuando vibres, ciega de amor, tañida entre mis brazos.
Mariposa de otoño me dejaste sola entre los montes.
Más vale el hombre paciente que el fuerte; más el que domina su corazón que el que conquista ciudades.
Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón.
Más vale riqueza de corazón que riqueza de posesión.
Más vale ser ciego de los ojos, que del corazón.
Me falta el jarro de flores olorosas de tu corazón.