El hombre que quiere, ha hecho ya la mitad del camino.
El hombre que sabe gastar y ahorrar es el más feliz, porque disfruta de ambas cosas.
El hombre que sabe y sabe lo que sabe, es un sabio, ¡síguelo!. El hombre que no sabe y sabe que no sabe, es simple, ¡enséñale!. El hombre que sabe y no sabe que sabe, está dormido, ¡despiértalo!. El hombre que no sabe y no sabe que no sabe, es un necio, ¡huye de él!.
El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído.
El hombre que se mantiene en el justo medio lleva el nombre de sobrio y moderado.
El hombre que se ríe de todo es que todo lo desprecia. La mujer que se ríe de todo es que sabe que tiene una dentadura bonita.
El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo.
El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así pues, el progreso depende del hombre irrazonable.
El hombre reina y la mujer gobierna.
El hombre rico tiene aduladores, no amigos.
El hombre sabio es aquel que busca instruirse con todos los hombres; el hombre fuerte, aquel que sabe quebrar sus deseos; el hombre rico, aquel que se contenta con su suerte, y el hombre honrado, aquel que honra a los demás.
El hombre sabio es pobre en apariencia, pues su tesoro está en Suiza.
El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y un cobardía ceder el paso a los indignos.
El hombre sabio no lo es en todas las cosas.
El hombre se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio.
El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida.
El hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías.
El hombre se cree siempre ser más de lo que es, y se estima menos de lo que vale.
El hombre se dedica a desear en voz alta aquello que jamás se esfuerza en alcanzar.
El hombre se define como ser que evalúa, como ser que ama por excelencia.
El hombre se descubre a sí mismo cuando se enfrenta a los obstáculos.
El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo.
El hombre se diferencia del animal en que bebe sin sed y ama sin tiempo.
El hombre se distingue de todas las demás criaturas por la facultad de reír.
El hombre se eleva por la inteligencia, pero no es hombre más que por el corazón.