No hay cristales de más aumento que los propios ojos del hombre cuando miran su propia persona.
No hay gente ineducada. Todo el mundo lo está; sólo que mucha gente está mal educada.
No hay leyes, ni tradiciones ni reglas que se puedan aplicar universalmente incluyendo ésta.
No hay montaña sin niebla, de la misma forma que no hay hombre de mérito sin calumnias.