Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo.
Yo trabajo para vivir, nunca viviré para trabajar.
¡Ánimo!. Todo pasa. Ama tu trabajo y no dejes de cumplir tu deber cada día.
¡Dejadme escapar de la mentirosa y criminal ilusión de la felicidad! Dadme trabajo, cansancio, dolor y entusiasmo.
¿Cómo es posible denominar "hombre de acción" a quien por su trabajo de presidente en una empresa hace ciento veinte llamadas telefónicas diarias para adelantarse a la competencia? ¿y es tal vez un hombre de acción el que recibe elogios porque aumenta las ganancias de su sociedad viajando a países subdesarrollados y estafando a sus habitantes? Por lo general, son estos vulgares despojos sociales los que reciben el apelativo de hombres de acción en nuestro tiempo.
¿Dices que no se siente la despedida?, ¡Ay!, di al que te lo dijo que se despida.
¿Por qué esta magnifica tecnología científica, que ahorra trabajo y nos hace la vida más fácil nos aporta tan poca felicidad? La respuesta es esta, simplemente: porque aún no hemos aprendido a usarla con tino.