La vida es más bella y sencilla cuando nos volvemos capaces de ver el bien en las otras personas.
La vida exige a todo individuo una contribución y depende del individuo descubrir en qué consiste.
La vida nos regala lo más preciado de si misma cuando convergemos en el amor.
La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse.
Las armas se deben reservar para el último lugar, donde y cuando los otros medios no basten.
Las desgracias, al igual que la fortuna, sólo llegan cuando las hemos buscado con nuestros actos.