Vive de tal manera que, cuando tus hijos piensen en justicia, cariño e integridad, piensen en ti.
Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida.
Vosotros miráis hacia arriba cuando ansias elevaros; yo miro hacia abajo, pues estoy elevado.
Y no hables más muchacha, corazón de tiza. Cuando todo duerma, te robaré un color.
Yo no me encuentro a mí mismo cuando más me busco. Me encuentro por sorpresa cuando menos lo espero.