No es verdaderamente valiente aquel hombre que teme ya parecer, ya ser, cuando le cuadra, cobarde.
No esperes al día en que pares de sufrir, porque cuando llegues sabrás que estás muerto.
No hay cristales de más aumento que los propios ojos del hombre cuando miran su propia persona.
No hay propiamente edad de la vejez; se es viejo cuando se comienza a actuar como viejo.
No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos.
No podemos temer nunca cuando tenemos una madre poderosa y amante que vela por nosotros.