El matrimonio es algo así como armar un edificio de juguete sin manual de instrucciones.
El matrimonio es como la vida real; un campo de batalla y no un lecho de rosas.
El matrimonio está como un cacahuete, hay que romper la cáscara para ver lo que hay dentro.
El mundo está lleno de gente que, al buscar una felicidad espectacular, desdeña la satisfacción.
El pesar oculto, como un horno cerrado, quema el corazón hasta reducirlo en cenizas.
El peso del ladrillo lo hace bailar como un hada por encima y quejarse por abajo.