A la primavera las ranas croan y en verano ladran.
Uejima Onitsura
Este día de invierno hace calor al sol. Pero frío.
Uejima Onitsura
La alondra se estira y se deja caer. Si verde es la cebada.
Uejima Onitsura
Los esqueletos vestidos de seda contemplamos las flores.
Uejima Onitsura
¿Quién no, tomará pluma. ante la luna de hoy?.
Uejima Onitsura
Día de primavera, gorriones en el jardín bañándose en arena.
Uejima Onitsura
Una trucha salta y las nubes se agitan en el cause del torrente.
Uejima Onitsura
Para conocer la flor del ciruelo, tanto el propio corazón como la propia nariz.
Uejima Onitsura
Aquí agua y allá agua. Las aguas de la primavera.
Uejima Onitsura
El jardín silencioso. donde la camelia, ofrece su blancura.
Uejima Onitsura
Cuando los cerezos florecen las aves tienen dos patas Y los caballos cuatro.
Uejima Onitsura
Sueños sin rumbo; en páramos quemados, la voz del viento.
Uejima Onitsura
Frente al jardín han florecido, blancas, unas camelias.
Uejima Onitsura
El ruiseñor, posado en el ciruelo desde tan antiguo.
Uejima Onitsura
Oh que verdes son las ramas del sauce en las aguas que pasan.
Uejima Onitsura
Un viento fresco. Llenando el firmamento, voces de pinos.
Uejima Onitsura