Al brillar un relámpago nacemos y aún dura su fulgor cuando morimos; tan corto es el vivir.
Gustavo Adolfo Becquer
Como en cuna de nacar que empuja el mar y que acaricia el cefiro, dormir parecia al blando arrullo de sus labios entreabiertos.
Gustavo Adolfo Becquer
Como en un libro abierto leo de tus pupilas en el fondo.
Gustavo Adolfo Becquer
Como se arranca el hierro de una herida su amor de las entrañas me arranqué, aunque sentí al hacerlo que la vida me arrancaba con él!.
Gustavo Adolfo Becquer
Despierta ríes y al reír tus labios inquietos me parecen relámpagos de grana que serpean sobre un cielo de nieve.
Gustavo Adolfo Becquer
Dices que tienes corazón, y sólo lo dices porque sientes sus latidos; eso no es corazón..., es una máquina que al compás que se mueve hace ruido.
Gustavo Adolfo Becquer
Dios, aunque invisible, tiene siempre una mano tendida para levantar por un extremo la carga que abruma al pobre.
Gustavo Adolfo Becquer
Dos ideas que al par brotan, dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden, eso son nuestras dos almas.
Gustavo Adolfo Becquer
Dos rojas lenguas de fuego que a un mismo tronco enlazadas se aproximan, y al besarse forman una sola llama.
Gustavo Adolfo Becquer
El alma que hablar puede con los ojos también puede besar con la mirada.
Gustavo Adolfo Becquer
El amor es un misterio. Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable; todo en él es ilógico, todo en él es vaguedad y absurdo.
Gustavo Adolfo Becquer
El espectáculo de lo bello, en cualquier forma en que se presente, levanta la mente a nobles aspiraciones.
Gustavo Adolfo Becquer
El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo.
Gustavo Adolfo Becquer
El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo.
Gustavo Adolfo Becquer
Ella tiene la luz, tiene el perfume, el color y la línea, la forma engendradora de deseos, la expresión, fuente eterna de poesía.
Gustavo Adolfo Becquer
En el majestuoso conjunto de la creacion, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espiritu y dé vuelo desusado a mi fantasia como la luz apacible y desmayada de la luna.
Gustavo Adolfo Becquer
Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados una a arrollar, el otro a no ceder; la senda estrecha, inevitable el choque
Gustavo Adolfo Bécquer
Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados una a arrollar, el otro a no ceder; la senda estrecha, inevitable el choque.
Gustavo Adolfo Becquer
Hoy como ayer, mañana como hoy, ¡y siempre igual!, un cielo gris, un horizonte eterno y andar..., andar.
Gustavo Adolfo Becquer
Hoy la tierra y los cielos me sonríen, hoy llega al fondo de mi alma el sol, hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado.... ¡hoy creo en Dios!.
Gustavo Adolfo Becquer
La brilladora lumbre es la alegría; la temerosa sombra es el pesar: ¡Ay!, en la oscura noche de mi alma,
Gustavo Adolfo Becquer
La soledad es el imperio de la conciencia.
Gustavo Adolfo Becquer
La soledad es muy hermosa... cuando se tiene alguien a quien decírselo.
Gustavo Adolfo Becquer
Llevadme, por piedad, a donde el vértigo con la razón me arranque la memoria. ¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme con mi dolor a solas!.
Gustavo Adolfo Becquer
Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes a donde va?
Gustavo Adolfo Bécquer