Con la invención de la bomba atómica he llegado a ser la muerte, el destructor de mundos.
Conviene reir sin esperar a ser dichosos, no sea que nos sorprenda la muerte sin haber reído.
Cuando el amor es la normas, no hay voluntad de poder, y donde el poder se impone, el amor falta.
Cuando el amor ha sido una comedia, forzosamente el matrimonio tiene que derivar en drama.