No sé yo que haya en el mundo palabras tan eficaces ni oradores tan elocuentes como las lágrimas.
No te fies de las palabras: En esta vida encontrarás a muchas personas que viven mal y hablan bien.
Nos desdeñamos u odiamos porque no nos comprendemos porque no nos tomamos el trabajo de estudiarnos.
Nunca subestimes el poder de las palabras para aliviar y reconciliar las relaciones.