El amable sabe su cuento.
El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que tiene.
El amor es eso de lo que todo el mundo habla pero nadie sabe realmente lo que es.
El artista sabe lo que hace, pero para que merezca la pena debe saltar esa barrera y hacer lo que no sabe.
El auténtico amigo es el que lo sabe todo sobre ti y sigue siendo tu amigo.
El azar sólo favorece a quien sabe cortejarlo.
El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.
El cornudo es el último que lo sabe.
El dueño de la casa sabe donde gotea su tejado.
El escritor, muchas veces, es como un caballo de carreras que ha perdido su jinete y ya no sabe porque está corriendo ni dónde está la meta y, sin embargo, se le exige seguir corriendo aunque no sepa ni hacia dónde ni por qué razón.
El español siempre lo sabe todo. Y si de algo no sabe nada, dice: De esto hablaremos más adelante.
El espejo no sabe mentir; lo que le dijeron ha de decir.
El experimentador que no sabe lo que está buscando no comprenderá lo que encuentra.
El hombre inteligente no es el que tiene muchas ideas, sino el que sabe sacar provecho de las pocas que tiene.
El hombre nada puede aprender sino en virtud de lo que sabe.
El hombre por lo común, solo sabe reconocer su felicidad en la medida de la desgracia que ha experimentado.
El hombre que no sabe callar tampoco sabe hablar.
El hombre que no sabe correr, saltar, nadar... es como un automóvil en el que sólo se emplea la primera velocidad.
El hombre que no sabe sonreir, no debe abrir tienda.
El hombre que sabe gastar y ahorrar es el más feliz, porque disfruta de ambas cosas.
El hombre que sabe y sabe lo que sabe, es un sabio, ¡síguelo!. El hombre que no sabe y sabe que no sabe, es simple, ¡enséñale!. El hombre que sabe y no sabe que sabe, está dormido, ¡despiértalo!. El hombre que no sabe y no sabe que no sabe, es un necio, ¡huye de él!.
El hombre que se ríe de todo es que todo lo desprecia. La mujer que se ríe de todo es que sabe que tiene una dentadura bonita.
El literato de puerta cerrada no sabe nada de la vida. La política, el amor, el problema económico, el desastre cordial de la esperanza, la refriega directa del hombre con los hombres, el drama menudo e inmediato de las fuerzas y las direcciones contrarias de la realidad, nada de esto sacude personalmente al escritor de puertas cerradas.
El mejor gobierno es el que desea hacer feliz al pueblo y sabe cómo lograrlo.
El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va.