En las revoluciones hay dos clases de personas; las que las hacen y las que se aprovechan de ellas.
Hay dos clases de virtudes: las que hacen ganar el cielo y las que hacen ganar la tierra.
Jamás hacen el amor el sábado por la noche. Pues, si llovería el dómingo,ya no sabrían que hacer.
La abundancia de las cosas, aunque no sean buenas, hacen que no se estimen.
La indiferencia y la negligencia a menudo hacen mucho más daño que la aversión absoluta.