A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho.
A veces podemos aprender más de los errores de un hombre que de sus virtudes.
Al amor, como a una cerámica, cuando se rompe, aunque se reconstruya, se le conocen las cicatrices.
Al brillar un relámpago nacemos y aún dura su fulgor cuando morimos; tan corto es el vivir.
Al principio de las catástrofes, y cuando han terminado, se hace siempre algo de retórica.