Un buen crítico es aquel que narra las aventuras de su propia alma entre las obras maestras.
Un cliente puede tener su automóvil del color que desee, siempre y cuando desee que sea negro.
Un discípulo de quien jamás se pide nada que no pueda hacer, nunca hace todo lo que puede.
Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema.