Dedique su tiempo y energía sólo a los temas que son el corazón de su vida.
En literatura no hay temas buenos ni temas malos, hay tan sólo temas bien o mal tratados.
La televisión nos proporciona temas sobre los que pensar, pero no nos deja tiempo para hacerlo.
Ni temas ni desees la muerte.
No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
No temas a truenos ni a ratones, ni brujas ni supersticiones.
No temas ni a la prisión, ni a la pobreza, ni a la muerte. Teme al miedo.
Te espero sin plazo ni tiempo. No temas noche, neblina ni aguacero. Acude con sendero o sin sendero. Llámame a donde tú eres, alma mía, y marcha recto hacia mí, compañero.
Yo nunca busco temas, dejo que los temas me busquen y yo los eludo, pero si el tema insiste, yo me resigno y escribo.