No basta saber, se debe también aplicar; no es suficiente querer, se debe tambien hacer.
No se debe juzgar a los hombres por su fisonomía, sobre todo, sin ponerlos a prueba.
No se debe juzgar a un hombre por sus cualidades, sino por el uso que hace de ellas.
No se debe usar el desprecio sino con gran economía, debido al gran número de necesitados.
No se puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a descubrirlo en su interior.
Nunca trates de enseñar a un cerdo a cantar, perderás tu tiempo y fastidiarás al cerdo.
Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.