Porque nada he deseado aparte de tu amor nunca perdí mi tierra que me invento contigo.
Porque ninguna lágrima rescata nunca el mundo que se pierde ni el sueño que se desvanece.
Pues estaba acostumbrado a caminar en la noche y le gustaba mirarle a la cara a todo lo dormido.
Qué desespero trae el amor, yo que no sabía lo que era el amor, ahora lo sé porque no soy feliz.
Quien conversa con un rostro amable, llena de alegrías los corazones de los demás.