Cuando se ama no tenemos ninguna necesidad de entender lo que sucede, porque todo pasa a suceder dentro de nosotros.
Cuando se es amado, no se duda de nada. Cuando se ama se duda de todo.
Cuando se tienen veinte años, uno cree haber resuelto el enigma del mundo; a los treinta reflexiona sobre él, y a los cuarenta descubre que es insoluble.
Cuando se trabaja no se tiene tiempo de ganar dinero.
Cuando sueñas, lloras o bailas como un loco y el temor acecha, te duele el tiempo perdido y llueve. Escribe entonces.
Cuando todo el mundo está loco, ser cuerdo es una locura.
Cuando todo se hierve, te pueden dar gato por liebre.
Cuando transcurre el tiempo cada cosa tiene su momento. Nuevas cosas acontecen mientras las cosas anteriores envejecen.
Cuando una puerta se cierra, otra se abre, pero a menudo vemos tanto tiempo y con tanta tristeza la puerta que se cierra que no notamos otra que se ha abierto para nosotros.
Cuando viajo por Europa paso bastante tiempo en la habitación del hotel, repasando la cultura local a través de los programas de televisión.
Cuanto más analizamos a la gente, más se desvanece la razón de todo análisis. Tarde o temprano se llega a esa espantosa cosa universal a la que llamamos naturaleza humana.
Cuanto más numerosas son las cosas que quedan para aprender, menos tiempo queda para hacerlas.
Cuanto más tiempo dura una disputa, más lejos nos hallamos del final.
Cuatro cosas hay que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada.
Cuatro cosas no pueden ser escondidas durante largo tiempo: la ciencia, la estupidez, la riqueza y la pobreza.
Dame tiempo, dame ganas y amaneceré bajo un sol de madrugadas descubriéndote.
Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro.
De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.
De nada sirve correr, lo que conviene es partir a tiempo.
De nada sirve morir. Hay que hacerlo a tiempo.
De un tiempo a esta parte me cuesta tanto, tanto, tanto, me cuesta tanto no amarte.
Debe desear todo hombre vivir para saber, y saber para bien vivir.
Debemos arrojar a los oceanos del tiempo una botella de náufragos siderales, para que el universo sepa de nosotros lo que no han de contar las cucarachas que nos sobrevivirán: que aqui existió un mundo donde prevalació el sufrimiento y la injusticia, pero donde conocimos el amor y donde fuimos capaces de imaginar la felicidad.
Deben tratarse, sobre todo, de asegurar a las mujeres contra las malas indicaciones, aún las más ligeras; si las mujeres no estuvieran vigiladas harían la desgracia de dos familias.
Decimos: "Haz como la hormiga, que trabaja todo el día." ¡No sabemos cuán jóvenes mueren!.