Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer no será humana.
Nunca se pierden los años que se quita una mujer, van a parar a cualquiera de sus amigas.
Pájaros con muchas plumas no se pueden mantener; los escribanos con una mantienen moza y mujer.
Para una mujer, el primer beso es el final del principio; para un hombre, el comienzo del final.
Prefiero que me incineren a que me sepulten y ambas cosas a un fin de semana con mi mujer.
Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de la mujer.
Si hay debajo de la luna cosa que merezca ser estimada y preciada es la mujer buena.
Siempre es incompresible para un hombre ver como una mujer rechaza una oferta de matrimonio.
Todos los hombres tienen una mujer en el pensamiento; los casados, además, tienen otra en casa.
Un arqueólogo es el mejor marido para una mujer: cuanto mayor se hace ella, más le gusta a él.
Un hombre de noble corazón irá muy lejos, guiado por la palabra gentil de una mujer.