Siempre tendremos razones para estar enfadados, pero esas razones, rara vez serán buenas.
Siempre, amor... (¡Y estas dos palabras naúfragas, entre alma y piel clavadas contra el viento!).
Sin palabras, vengadores, negamos solitarios la facultad de despertarnos mutuamente voluptuosidad.
Sólo hay un remedio para las canas. Lo inventaron los franceses. Se llama guillotina.
Sólo hay una posición para un artista en cualquier lugar, y es estar en posición vertical.