La verdadera religión no consiste solamente en palabras; hace falta demostrarla con obras.
La vida es demasiado corta para perder el tiempo en personas que no te respetan, aprecian y valoran.
La vida es una tragedia para los que sienten, y una comedia para los que piensan.
La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.
Las acciones de los hombres son normalmente buenas, pero sus razones para obrar lo son raramente.
Las armas se deben reservar para el último lugar, donde y cuando los otros medios no basten.