El noble no da crédito a las palabras por la sola autoridad de quien las pronuncia; tampoco rechaza la verdad aunque provenga de una persona ignorante.
El número ideal de comensales para una cena es dos... yo y un buen camarero.
El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para se gobernados por los demás.
El ocioso vale para la plaza pero no para el trabajo.
El odio es una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás.
El optimismo es esencial para el logro y es también el fundamento del valor y del verdadero progreso.
El optimismo es esencial para el progreso verdadero.
El optimista encuentra una respuesta para cada problema. El pesimista ve un problema en cada respuesta.
El orgullo humano sabe inventar los nombres más serios para ocultar su propia ignorancia.
El padre para castigar y la madre para tapar.
El pasado debe ser maestro del futuro.
El patriotismo no es ditirambo sino crítica constructiva. Se descubren los errores para que no se repitan, se señalan los vivios para corregirlos y las llagas para curarlas. El patriotismo es en esencia amor admirativo y anhelo apasionado de superación.
El pecho está lleno de muchas cosas para decirte. Hay momentos en que me parece que el idioma no es nada.
El peligro es el gran remedio para el aburrimiento.
El peor de todos los pasos es el primero. Cuando estamos listos para una decisión importante, todas las fuerzas se concentran para evitar que sigamos adelante. Ya estamos acostumbrados a esto. Es una vieja ley de la física: romper la inercia es difícil. Como no podemos cambiar la física, concentremos la energía extra y a si conseguiremos dar el primer paso. Después el camino mismo ayuda.
El peor pecado para con nuestras criaturas amigas, no es el odiarlas, sino ser indiferentes con ellas, esa es la esencia de la inhumanidad.
El perdón, una de las pocas cosas que puedo dar a otros, sin tenerla para mi mismo.
El periódico es una tienda en que se venden al público las palabras del mismo color que las quiere.
El poder arbitrario constituye una tentación natural para un príncipe, como el vino o las mujeres para un hombre joven, o el soborno para un juez, o la avaricia para el viejo, o la vanidad para la mujer.
El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra.
El poeta escribe para expresarse, es decir, para afirmarse a sus ojos analizando sus propios sentimientos, sin ocuparse con exceso de las reacciones de los auditores eventuales.
El poeta escribe para un futuro que no va a conocer.
El porvenir es un lugar cómodo para colocar los sueños.
El primer mérito de un cuadro es ser una fiesta para la vista.
El principal maestro de los hombres en las acciones de la vida es el infortunio.