La boca de un hombre mayor está sin dientes, pero nunca sin palabras de sabiduría.
La verdadera religión no consiste solamente en palabras; hace falta demostrarla con obras.
Las honestas palabras nos dan un claro indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.
Las palabras de aliento después de la censura son como el sol tras el aguacero.