Nunca-tomes-una-decision

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Nunca des consejo sin que lo pidan.

Proverbio aleman

Nunca desistas de tus sueños. Sigue las señales.

Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él.

Nunca desperdicies la oportunidad de expresar tu amor.

H Jackson Brown

Nunca detengas tu mirada hacia cada sueño, enfócate en la justicia de los oprimidos y conocerás como combate un buen Guerrero de la mano de Dios.

Pedro Pantoja Santiago

Nunca digas nada de ti mismo que no quieres que se convierta en realidad.

Nunca digas nunca.

Refran

Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos considerados pueda cambiar el mundo. Verdaderamente, eso es lo único que lo ha logrado.

Nunca el hombre es tan ridículo por las cualidades que tiene, como por aquellas que cree tener.

Francois De La Rochefoucauld

Nunca el pobre es ni bien ni mal nacido; bien, porque otro ha de dudarlo; mal, porque él no ha de decirlo.

Pedro Calderon De La Barca

Nunca en el campo de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto, a tan pocos.

Winston Churchill

Nunca encarcelaremos a la opinión, y reprimiéndola sólo la exacerbamos.

Napoleon Bonaparte

Nunca encontrarás un arco iris si estás mirando hacia abajo.

Charles Chaplin

Nunca eres demasiado viejo para tener otra meta u otro sueño.

C.S Lewis.

Nunca es definitivo el éxito, ni perenne el fracaso.

JMGabriel y GalvÃ¡n

Nunca es demasía publicar lo que es necesario que se sepa.

Seneca

Nunca es igual saber la verdad por uno mismo que tener que escucharla por otro.

Nunca es largo el camino que conduce a la casa de un amigo.

Juvenal

Nunca es tarde para bien hacer; haz hoy lo que no hiciste ayer.

Refran

Nunca es tarde para el arrepentimiento y la reparación.

Charles Dickens

Nunca es tarde para no hacer nada.

Jacques Prevert

Nunca es tarde si la dicha es buena.

Refran

Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.

Joan Manuel Serrat

Nunca escribí una frase que valiese la pena mientras estaba bajo la influencia del alcohol.

Nunca escribo mi nombre en los libros que compro hasta después de haberlos leído, porque sólo entonces puedo llamarlos míos.

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