Nunca comiences una pelea, pero siempre termínala.
Nunca comprenderá usted lo que sentimos los músicos cuando oímos detrás de nosotros el paso de un gigante como beethoven.
Nunca conserva firmes amistades quien sólo va atento a sus pretensiones.
Nunca convencerás a un ratón de que un gato negro trae buena suerte.
Nunca crea nada hasta que no haya sido negado oficialmente.
Nunca crece a ser grande el que sin desdichas crece.
Nunca creí que pudiéramos transformar el mundo, pero creo que todos los días se pueden transformar las cosas.
Nunca debemos de obsesionarnos excesivamente con la idea que perseguimos.
Nunca dejes que desaparezcan las fantasías, las vacaciones nunca son en el hogar.
Nunca des consejo sin que lo pidan.
Nunca desistas de tus sueños. Sigue las señales.
Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él.
Nunca detengas tu mirada hacia cada sueño, enfócate en la justicia de los oprimidos y conocerás como combate un buen Guerrero de la mano de Dios.
Nunca digas nada de ti mismo que no quieres que se convierta en realidad.
Nunca digas nunca.
Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos considerados pueda cambiar el mundo. Verdaderamente, eso es lo único que lo ha logrado.
Nunca el hombre es tan ridículo por las cualidades que tiene, como por aquellas que cree tener.
Nunca el pobre es ni bien ni mal nacido; bien, porque otro ha de dudarlo; mal, porque él no ha de decirlo.
Nunca en el campo de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto, a tan pocos.
Nunca encarcelaremos a la opinión, y reprimiéndola sólo la exacerbamos.
Nunca encontrarás un arco iris si estás mirando hacia abajo.
Nunca eres demasiado viejo para tener otra meta u otro sueño.
Nunca es definitivo el éxito, ni perenne el fracaso.
Nunca es demasía publicar lo que es necesario que se sepa.
Nunca es igual saber la verdad por uno mismo que tener que escucharla por otro.