Lo que sorprende, sorprende una vez, pero lo que es admirable lo es más cuanto más se admira.
Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado.
Los astros rigen el destino de los hombres, pero Dios rige el destino de los astros.
Los caminos del sabio son elevados e inasequibles. Sus actos pueden ser admirados, pero no imitados.