No creo que esté aquí de más. Aquí hace falta una mujer, y esa mujer soy yo.
No creo que existan reglas sobre los asuntos del amor y la cantidad de compasión que conllevan.
No es ningún arte ser un hombre sincero, cuando se tiene diariamente sopa que tomar a cucharadas.
No es suficiente que un hombre tenga el deseo de matar para que la muerte se transforme en un valor.
No es verdaderamente valiente aquel hombre que teme ya parecer, ya ser, cuando le cuadra, cobarde.
No estoy del lado del hombre negro. No estoy del lado del hombre blanco. Estoy del lado de Dios.