Y he de aprender aún a acercarme a ti con mayor modestia; demasiado impetuoso va aún hacia ti mi corazón.
Y mi noción del conocimiento es: elevar toda profundidad hacia mi altura.
Y muchas veces uno sólo quiere saltar mediante el amor por encima de la envidia. Y muchas veces uno ataca, haciéndose un enemigo, para disimular que es atacable.
Y muchas veces vacías la copa en tu afán de llenarla.
Y quien ansia superarse creando posee la voluntad más pura.
Y si el río de mi amor se precipita por fragoso terreno, no importa, no hay río que no se abra paso tarde o temprano hacia el mar.
Y sólo si se aparta de sí mismo saltará su propia sombra.
Yo necesito compañeros, pero compañeros vivos; no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya.
Yo solo creería en un Dios que supiera bailar.
¡Ay, hermanos, ese dios que yo creé era obra humana y demencia humana, como todos los dioses!.
¡La doctrina de la igualdad!... Pero si no existe veneno más venenoso que ése: pues esa doctrina parece ser predicada por la justicia misma, mientras que es el final de la justicia... "Igualdad para los iguales, desigualdad para los desiguales" - ése seria el verdadero discurso de la justicia: y, lo que de ahí se sigue, "no igualar jamás a los desiguales".
¡que poco se requiere para ser feliz!. . . El sonido de una gaita.
¿ Donde esta la belleza? Allí donde uno tiene que querer con toda la fuerza de voluntad; allí donde uno quiere amar y perecer, para que tal imagen deje de ser nada más que imagen. Amar y perecer; desde todas las eternidades lo uno esta ligado a lo otro.
¿ Eres capaz de fijarte por ti mismo tu bien y tu mal y suspender sobre ti la ley de tu propia voluntad? ¿ Eres capaz de ser tu propio juez y el guardián de tu propia ley?.
¿ No tendría que ser yo un barril de memoria si pretendiese llevar conmigo hasta mis razones?.
¿Como lograste descubrir mi alma?.
¿De dónde surgen las pasiones repentinas de un varón por una mujer, las pasiones hondas, entrañables? de lo que menos, de la sola sensualidad; pero cuando el varón halla juntos en una sóla criatura el desamparo, la debilidad y, a la vez, la altanería, en su interior es como si su alma quisiera desbordarse: queda conmovido y ofendido en un mismo instante. En ese punto brota la fuente del gran amor.
¿Dónde esta la cumbre que yo pueda aun escalar con mi anhelo?.
¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?.
¿Humillarse uno para herir su soberbia?.
¿Me habrá quitado algo un dios mientras yo estaba dormido?.
¿No es la vida cien veces demasiado breve para aburrirnos?
¿Te propones arrastrar de nuevo tu cuerpo por ti mismo?.
...Ni siquiera una rosa colmaría tu abismo si este sol que te llena se perdiera en el azul de un ángelus tardío.
Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo.