Debe haber algo extrañamente sagrado en la sal: está en nuestras lágrimas y en el mar.
Después de haber besado sus cabellos de trigo, nada importa la culpa, pues no importa el castigo.
Di y haz algo positivo que mejore la situación; no se necesita un cerebro para quejarse.
Donde radique el mérito, si en dar todo por nada, o a partir de la nada poder crearlo todo.