El orgullo se resarce siempre y no pierde nada, incluso cuando renuncia a la vanidad.
El placer de leer es doble cuando se vive con otra persona con la que compartir los libros.
El placer de leer todo se duplica cuando uno vive con alguien que comparte los mismos libros.
El que es bueno, es libre aún cuando sea esclavo; el que es malo, es esclavo aunque sea rey.
El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa.
El que olvidar solicita, no olvida cuando se acuerda de que se acuerda que olvida.
El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.