Dos especies de lágrimas tienen los ojos de la mujer: de verdadero dolor y de despecho.
Economizad las lágrimas de vuestros hijos a fin de que puedan regar con ellas vuestra tumba.
El amor es la alegría de los buenos, la reflexión de los sabios, el asombro de los incrédulos.
El dolor que no se desahoga con lágrimas puede hacer que sean otros órganos los que lloren.
Encuentra un lugar en tu interior donde haya alegría, y la alegría quemará el dolor.
Gran ciencia es ser feliz, engendrar la alegría, porque sin ella, toda existencia es baldía.