Vive de manera que puedas mirar fijamente a los ojos de cualquiera y mandarlo al diablo.
Vive de tal manera que, cuando tus hijos piensen en justicia, cariño e integridad, piensen en ti.
Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.
¡La felicidad! No existe palabra con más acepciones; cada uno la entiende a su manera.