La más verdadera forma de amor es cómo te comportas con otra persona, no lo que sientes por ella.
Con frecuencia una alegría improvisada vale más que una tristeza cuya causa es verdadera.
Cualquier necio puede escribir en lenguaje erudito. La verdadera prueba
es el lenguaje corriente.
De cualquier forma los celos son en realidad una consecuencia del amor: os guste o no, existen.