Quien no amó nunca, no ha vivido jamás.
Quien no ha llegado lejos nunca, que espere, que el tiempo se lo dará todo.
Quien no sienta amor, deberá aprender a adular o no saldrá nunca a flote.
Quien nunca haya cometido un error, nunca ha intentado algo nuevo.
Quien vive temeroso, nunca será libre.
Quienes comparten nuestra niñez, nunca parecen crecer.
Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad.
Quiero más una libertad peligrosa que una servidumbre tranquila.
Quítate el complejo de teniente que el amor sin libertad dura lo que un estornudo.
Reflexionar con calma antes de adoptar ninguna determinación, no cansarse nunca de obrar el bien, y tratar cada asunto según convenga.
Renunciar a nuestra libertad es renunciar a nuestra calidad de hombres, y con esto a todos los deberes de la humanidad.
Resígnate a no haber podido hacer una cosa, más nunca a no haberlo intentado, si vale la pena de intentarlo.
Se abren campañas por la libertad política; debieran abrirse con mayor vigor por la libertad espiritual; por la acomodación del hombre a la tierra en que ha de vivir.
Se agradecido por lo que tienes; acabarás teniendo más. Si te concentras en lo que no tienes, nunca tendrás lo suficiente.
Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido.
Sé bueno a causa de tu energía; nunca seas bueno a causa de tu debilidad.
Se encuentran muchos hombres que hablan de libertad, pero muy pocos cuya vida no se haya consagrado, principalmente, a forjar cadenas.
Se ha dicho que no podemos amar realmente a la persona de quien nunca nos reimos.
Sé hombre, nunca te acobardes.
Seis, ocho millones de espectadores. Estas son cifras con las que nunca pudo soñar ningún director teatral o novelista y menos aún Esquilo, Sófocles o Eurípides.
Señores jueces, quiero utilizar una frase que pertenece ya a todo el pueblo argentino: nunca más.
Ser hombre significa desde ahora ser guerrillero de la libertad.
Ser pobre y parecerlo es el método más seguro para nunca levantar cabeza.
Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa.
Si confieres un beneficio, nunca lo recuerdes; si lo recibes, nunca lo olvides.