El hombre malo puede decantarse a veces hacia el lado de la razón; pero le resulta casi imposible no hacer cuanto conviene para inclinarse a la maldad.
El hombre más feliz del mundo es aquel que sepa reconocer los méritos de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio.
El hombre más feliz es el que hace la felicidad del mayor número de sus semejantes.
El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo.
El hombre más lento, que no pierde de vista el fin, va siempre más veloz que el que vaya sin perseguir un punto fijo.
El hombre más peligroso es aquel que tiene miedo.
El hombre más poderoso del mundo y el hombre más feliz del mundo, tienen nombres diferentes.
El hombre más poderoso es el que es dueño de sí mismo.
El hombre más rico del mundo no es el que conserva el primer duro que ganó, sino el que conserva el primer amigo que tuvo.
El hombre mejor no es nunca el que fue menos niño, sino al revés: el que al pisar los treinta años encuentra acumulado en su corazón el más espléndido tesoro de la infancia.
El hombre moderno es el eslabón perdido entre los monos y el ser humano.
El hombre modesto suele ser admirado, si es que la gente llega a saber de él.
El hombre nace libre, responsable y sin excusas.
El hombre nace sin dientes, sin cabello y sin ilusiones. Y muere lo mismo: sin dientes, sin cabellos y sin ilusiones.
El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro.
El hombre nada puede aprender sino en virtud de lo que sabe.
El hombre no debe seguir ciegamente un derrotero fijo.
El hombre no es hijo de las circunstancias. Las circunstancias son hijas del hombre.
El hombre no es infeliz mientras no es injusto.
El hombre no es más que el producto de sus pensamientos. Se convierte en lo que piensa.
El hombre no es más que un omnívoro que viste pantalones.
El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido,pero no derrotado.
El hombre no ha de ser de dichos, sino de hechos.
El hombre no ha nacido para tener las manos amarradas al poste de los rezos. Dios no quiere rodillas humilladas en los templos sino piernas de fuego galopando, manos acariciando las entrañas del hierro, mentes pariendo brasas, labios haciendo besos. Digo que yo trabajo, vivo, pienso y que esto que yo hago es un buen rezo, que a dios le gusta mucho y respondo por ello. Y digo que el amor es el mejor sacramento, que os amo, que amo y que no tengo sitio en el infierno.
El hombre no ha sabido organizar un mundo para sí mismo y es un extraño en el mundo que él mismo ha creado.