Si la libertad significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír.
Si las leyes fueran constituidas por los hombres, o por las sentencias de los jueces, serían derechos matar, robar, adulterar, etcétera.
Si no se puede hacer trampas con los amigos, no vale la pena jugar a las cartas.
Si no somos corresponsables del pasado, tampoco tendremos derecho a reclamarnos legítimos propietarios del futuro.
Si nuestros amigos nos hacen favores, pensamos que nos los deben a títulos de amigos, pero no pensamos que no nos deben su amistad.
Si queréis formar juicio acerca de un hombre, observad quienes son sus amigos.
Si quieres hacer la paz, no hables con tus amigos; habla a tus enemigos.
Si quieres tener enemigos, supera a tus amigos; si quieres tener amigos, deja que tus amigos te superen.
Si tenéis la fuerza, nos queda el derecho.
Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.
Sólo el ejercicio general del derecho libra a los pueblos del dominio de los ambiciosos.
Sólo los tontos tienen muchas amistades. El mayor número de amigos marca el grado máximo en el dinamómetro de la estupidez.
Sólo los verdaderos amigos nos dicen que tenemos la cara sucia.
Sólo yo tengo el derecho de corregir, pues sólo puede castigar quien ama.
Son tan buenos amigos mi corazón y el viento.
Tengo a mis amigos en mi soledad; cuando estoy con ellos ¡qué lejos están!.
Tengo pocos amigos, ¡pero cuánta amistad tengo!.
Tengo que admirar profundamente a alguien para valorarlo como amigos.
Tengo una gran fe en los tontos; confianza en si mismo lo llaman mis amigos.
Tiene derecho a criticar, quien tiene un corazón dispuesto a ayudar.
Tienen derecho a censurar los que tienen corazón para ayudar.
Tienes derecho a expresar libremente todo aquello que te esté permitido decir.
Toda autoridad no constituída con arreglo a la ley es ilegítima, y por tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligacidn de obedecerla.
Toda ley supone una autoridad de donde emana, y la causa eficiente y radical de ésta es, por derecho inherente, esencial al pueblo e imprescriptible de su soberanía.
Todas las obras del hombre tienen su origen en la fantasía creadora. ¿Qué derecho tenemos entonces a la amortización de la imaginación?.